lunes, 3 de mayo de 2010

Cuando “pertenecer” es más que un tener un grupo de amigas...

Por naturaleza el ser humano se define como ser social. Esto significa que toda persona, a cualquier edad y de cualquier sexo, raza o religión, necesita de otros para sentirse humana.
La realidad es que en la sociedad de hoy en día, sobre todo en las grandes ciudades, establecer vínculos y lazos afectivos profundos y duraderos es difícil. Pero aún más difícil es "contar con esos amigos”.

¿Qué significa “contar con otra”?
Significa que la otra esté cuando yo la necesite, así como yo estaré para la otra cuando yo perciba que me necesiten o me piden ayuda.
No solo para escuchar un chisme o una angustia, sino para arremangarme y hacer, para ayudarnos en las buenas y en las malas: desde ir a un shopping a compartir un buen rato, hasta que alguien me cuide a mis hijos por unas horas para poder ir a un médico o asistir a una entrevista de trabajo, o me pueda ir un fin de semana con mi pareja.

En general, las mujeres somos muy buenas “orejas” para escucharnos los problemas con una pareja, los de nuestros hijos, los del trabajo, etc. Pero eso queda ahí.
Cuando terminamos el café cada una vuelve a su cotidianeidad y se terminó ese momento de intimidad.
En cambio, y ahora las invitamos a imaginar una escena real junto a nosotras, si de esa misma charla hubiese surgido una propuesta concreta de acompañamiento mediante la acción: ya sea desde tu amiga porque te lo propone o desde vos que se lo pudiste pedir, ¿cómo te hubieras sentido?, ¿qué implicancias diferentes hubiera tenido?

Te hubiese permitido concretar pasos en el desarrollo de tu vida, que solo con la “escucha” no lo hubieras podido lograr…

Es decir, la mayoría de las mujeres cuenta con alguien que la escuche, ¡pero pocas somos las que contamos con alguien que nos ayude  haciendo!.
La menor cantidad de mujeres cuenta con esta red de apoyo que permite el mutuo crecimiento, el animarse, el dar abiertamente.

Este acompañamiento en la vida, no nace de la nada. Es producto de una construcción permanente y trabajosa.
 Pues en estos códigos de la red de mujeres, sabemos que ¡hoy es por ti y mañana por mí!
En general, nos centramos en la incomodidad de pedir en lugar de centrarnos en el placer de dar...
Dar es gratificante, nos damos a nosotras cuando damos a los demás...
Mediante los talleres de mujeres que proponemos, parte de su valor es la construcción de esta red que profundiza y sostiene el cambio en la mujer: además de descubrir que a otras les pasa lo mismo que a vos, se genera un compromiso real de mutua ayuda y una profunda confianza, contención y acompañamiento a través de la acción.

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