jueves, 8 de abril de 2010

¿½ naranja o naranja entera?

Seguramente todas tienen presente la frase “ser la ½ naranja de…”
La verdad es que muchas veces no nos ponemos a pensar sobre ciertas palabras o frases que penetran profundamente el discurso popular y cotidiano; pero no son al azar!

Cuando estamos diciendo que somos la mitad de otra cosa, estamos diciendo que no somos enteras. Es decir, pertenecemos a algo o a alguien, perdiendo nuestra característica de totalidad, perdiendo parte de nosotras.
 ¿Dónde queda esa parte nuestra?
Queda en las exigencias y demandas de nuestro trabajo cotidiano mediante los diferentes roles (madre, esposa, hija, trabajadora, ama de casa, etc.) que desempeñamos.
¿Y qué pasa con la otra parte de nosotras?

Esta parte más íntima y personal de sujeto, de ser mujer, con inquietudes y con deseos…, queda rezagada dentro nuestro interior.
La pregunta que sigue es: “¿Con cuánto de todo nuestro interior nos conectamos?; ¿cuánto de todo esto desarrollamos?; ¿cuánto de todo esto nos perdemos nosotras mismas de disfrutar?”.

Dejarlo encerrado en nuestro interior genera una clara consecuencia en nuestra intimidad: frustración, vacíos, sensación de falta de significado en nuestra vida…
La realidad es que está, pero atrapado
Cuanto más pasan los años, más nos acomodamos a esta situación de malestar y resignación.
Es verdad que sería complicado…, pero ¿no sería más satisfactorio? ¿No nos levantaríamos diferente todas las mañanas?; ¿no disfrutaríamos con mejor humor el día?; ¿no cantaríamos mientras hacemos los quehaceres que no nos gusta tanto?
Sin duda para algunas mujeres es más fácil quejarse, que generar un cambio… Otras quieren el cambio, pero sin saber cómo llevarlo adelante.
Se trata de una nueva oportunidad.
Nosotras nos dedicamos a acompañar a las mujeres, entre otras cosas, para correrse de las quejas, superar la frustración, el vacío y concretar sus proyectos: dedicarse a un nuevo hobbie, generar un nuevo proyecto de pareja o de trabajo…Se trata de un cambio para darte una nueva oportunidad, para construir un sentido a la vida, para encontrar espacios de satisfacción, para ayudarte a concretar nuevos proyectos.
Las acompañamos en el proceso de descubrimiento de sus deseos, rescatando sus propias fortalezas e integrando las ideas con el proceso de hacer.

Les proponemos sentirse naranja entera, compartiendo la vida desde ese “todo”, desde esa integridad, con otras personas que también son naranjas enteras.

No hay comentarios: